El tratamiento combina corrientes galvánicas e ionización, lo que permite que los activos hidratantes y regeneradores penetren en las capas más profundas de la piel. Se realiza en varias fases:

1. Limpieza y exfoliación para preparar la piel y eliminar impurezas.
2. Aplicación de sueros específicos según las necesidades de la piel.
3. Ionización con microcorrientes que potencian la penetración de los activos y mejoran la oxigenación celular.
4. Estimulación muscular para reafirmar la piel y mejorar su tonicidad.
5. Masaje y mascarilla final para sellar el tratamiento y potenciar la luminosidad del rostro.

Cada sesión dura aproximadamente 60 minutos, y se recomienda realizarlo una vez al mes para mantener una piel radiante y saludable.